Luchas Obreras

Cualquiera que no esté prevenido puede encontrarse en “prime time” alguno de los concursos que últimamente se han puesto de moda. Nos referimos a los concursos de alta cocina. Hace tiempo empezaron con aquel programa de Arguiñano, donde en principio no se explotaba a nadie, y, al menos resultaba simpático y a veces incómodo para el sistema. Después siguió Alberto Chicote y después continuaron (visto el éxito) con los masters chef en sus distintas versiones, incluyendo un master chef kids, que sólo por la presión que se mete a los menores tendría que ser perseguido por la fiscalía de menores. Pero son reality shows y todo está permitido por “nuestros fiscales y fiscalas”, demasiado ocupados en perseguir a raperos y a manifestantes incómodos.

La precariedad en seguridad laboral, producto esto de un modelo en el que el patrón (capital) con su conducta extractiva de plusvalía no duda en asesinar a obreras/os con tal de incrementar su tasa de beneficios.

El gobierno socialdemócrata del PSOE-UP, al servicio de los intereses del capital oligárquico, a través de instrumentos políticos y legislativos ha aprobado una serie de medidas que, como objetivo principal, tienen el asegurar que la oligarquía financiera, la del estado y la foránea, no vean resentidas sus ganancias y si es posible, que las aumenten engordando sus cuentas de resultados. 

Todas las medidas que el gobierno adopta no combaten el interés principal del gran capital de que las pensiones en un futuro cercano estén privatizadas, ni tampoco cumple con la recomendación de vincularlas a los presupuestos generales, ni sitúa la necesidad de un aumento de las pensiones hasta los 1.084€ como recomienda la carta social europea. Todas las medidas y leyes aprobadas o secundadas de gobiernos anteriores abren la vía a la reforma del Sistema Público de Pensiones para una total privatización. Por mucha etiqueta de progresista con que este gobierno se autodefina, se continúa y profundiza en la senda privatizadora que los gobiernos del capital, sean del signo que sean, vienen desarrollando desde hace décadas.

Se atribuye a Bertolt Brecht la frase “¡Qué tiempos serán los que vivimos que hay que defender lo obvio!”. Algo que, sin duda, fue una aplastante verdad en el momento histórico que le tocó vivir continúa siendo cierto. Nada es más obvio que el hecho de que la clase trabajadora es la que lo produce todo: alimentos, productos industriales, servicios, infraestructuras, transporte de personas y mercancías, telecomunicaciones, educación, sanidad, investigación,… ¡TODO, absolutamente TODO! Sin la clase obrera no se mueve ni un solo engranaje, sin nuestro trabajo desde el pequeño tendero a los consejos de accionistas de las grandes empresas dejarían de obtener siquiera un euro de beneficio.