Actualmente los trabajos en cadenas franquiciadas de comida rápida se han convertido en una ruleta rusa para las y los trabajadores. Las condiciones de trabajo dependen del empresario que gestiona el centro de explotación, evitando de esa manera la unión del conjunto de plantillas distribuidas por los numerosos restaurantes que operan bajo la misma cadena, así como la de trabajadoras y trabajadores del sector.

La precariedad laboral está aumentando de manera vertiginosa para que los beneficios del empresario sean cada vez mayores: salarios menores de 4 €/hora, se cobra en negro perdiendo subsidio por desempleo y cotización, “se hace de todo” y con total disponibilidad de horarios, informando sin suficiente antelación cambios de turno o jornadas más largas. Se ofertan de manera recurrente puestos de trabajo con días de prueba que luego no se remuneran bajo la excusa de la falta de aptitud para el puesto, e iniciando una nueva tanda de ofertas.

El empresario se aprovecha del paro, de la necesidad y de las pocas opciones laborales fuera del sector servicios y aspira a que la clase obrera aguante con sueldos de miseria.

¡La unión hace la fuerza!

¡Luchemos por unas condiciones de trabajo dignas en el sector de la hostelería!

 

¡Organízate y lucha en los Comités para la Unidad Obrera!