Crisis mundial, coronavirus y capitalismo moribundo: un cóctel mortal
Profesor de Sociología y Antropología Social. Universidad Jaume I
Sería demasiado ingenuo creer que la crisis financiera y los terremotos económicos que vamos a padecer por una larga temporada son sólo consecuencia del corona-virus. La economía capitalista está tocada desde hace bastante tiempo. El crecimiento anual a escala mundial se ha ralentizado en torno al 2,5%. EE.UU. creció al 2%, mientras que Europa y Japón lo hicieron al 1%. En concreto Italia ha venido arrastrando 17 meses consecutivos de declive en la actividad manufacturera. Parecida contracción que en Francia, donde la actividad de las empresas (índice PMI) cayó 1.3 puntos, hasta 49.8 (por debajo de 50 significa que más de la mitad de las empresas no tienen ganancias).
Los Bancos Centrales ya no saben qué hacer para "salvar" a la economía: desde inyectar "dinero mágico" inventado de la nada, a poner los intereses en negativo, bajar al mínimo los costos laborales (salarios), hacer grandes recortes sociales... Pero aun así el enfermo no reacciona. Y no reacciona porque la inversión capitalista está paralizada (en torno al 22% del PIB). La cual a su vez lo está porque no obtiene suficientes beneficios, y no los obtiene porque padece un grave problema de pérdida de valor provocado por una sobreacumulación de capital (debido a la sustitución de personas por máquinas).