El pasado 31 de diciembre del 2018, realizamos concentración frente a las puertas del Gran Hotel Bali, con el fin de denunciar las pésimas condiciones laborales que se dan en el mismo.
Los días previos, contactamos con los trabajadores, sin embargo, muchos de ellos no se sumaron a la movilización por miedo a las represalias por parte de los directivos del hotel.
Al llegar el día señalado, nos recibieron no solo tres coches patrullas de la policía local de Benidorm, sino también dos patrullas de la policía nacional, entre ellos diversos altos cargos de la Policía Nacional, muestra de la estrecha unión entre los intereses de los empresarios y el Estado. No fueron los únicos que nos esperaban a las puertas del mismo, también estaba la junta directiva del hotel, junto con tres abogados. Tal fue la repercusión de nuestra presencia que ni siquiera permitieron a sus empleados salir a su descanso habitual del medio día.
Pese a la poca asistencia la movilización el día y hora elegida fueron los más acertados puesto que los clientes salían del desayuno y se trataba del día de nochevieja que es una fecha importante en la hostelería. Se repartieron alrededor de doscientos panfletos explicando la situación laboral del personal del hotel, la gente se mostró muy receptiva y a la vez muy sorprendida, tanto por las condiciones en las que se encuentran los trabajadores, como por la cantidad de fuerzas policiales desplegadas.
La mayoría de la gente desconoce las condiciones en las que se encuentran las personas que trabajan en el sector de la hostelería y sin embargo no es un caso aislado, sino más bien una realidad a la que se enfrentan nuestros compañeros día a día, y la única forma de cambiarlo es la toma de conciencia, la unión y la lucha activa de los/las trabajadores/as.