¿Para qué la huelga educativa del 9 de marzo?
El 9 de marzo se convoca una nueva huelga para toda la comunidad educativa. Desde los CUO aprovechamos ésta, y otras movilizaciones, para generar las condiciones de unidad y lucha que todo el pueblo trabajador necesita.
Es por ello que queremos aprovechar dicha convocatoria para lanzar nuevamente una reflexión: ¿es suficiente con dicha jornada de huelga? Todos y todas responderemos que no, pero nuestra intención es ir más allá y reflexionar sobre más elementos…
Lamentablemente sufrimos una desmovilización generalizada. Acudimos a las convocatorias con la inercia del “algo hay que hacer” pero no somos capaces de unirnos en una experiencia de lucha concreta. Está claro que las luchas sufren idas y venidas pero en nuestras manos está minimizar esos vaivenes para alcanzar objetivos comunes.
En el País Valencià existe el pensamiento colectivo de que los “malos tiempos” en la enseñanza ya han pasado. Olvidamos que nuestra enseñanza sigue siendo objetivo de privatización y que ralentizar no quiere decir vencer. Creemos que este curso escolar 2016/17 hemos recuperado derechos tanto para el profesorado como para el alumnado pero la realidad es tozuda. Si comparamos nuestra enseñanza respecto a hace 10 años, veremos que seguimos peor y si analizamos los objetivos trazados en las luchas educativas de los últimos años veremos que pocos objetivos se han alcanzado. Por ejemplo: acabar con la privatización de la enseñanza. La realidad es que dicho proceso es progresivo y paulatino, viene de lejos, se da en muchos frentes y es asumido, de momento, por todos los gobiernos que hemos tenido.
Ningún gobierno ha conseguido paralizar y revertir la privatización y el desprestigio de la pública o acabar con la fuga de dinero público a la privada, es decir, acabar con la concertada.
Ante esta realidad, ¿hay motivos que invitan a la reflexión? Nosotros/as creemos que sí. ¿Necesitamos huelgas? Por supuesto. ¿No necesitamos nada más? Sí, las condiciones para garantizar que avanzamos, es decir: unidad, unidad y unidad.
Necesitaríamos no una, sino decenas de jornadas de lucha y huelga, pero esas jornadas servirían de bien poco si no somos capaces de alcanzar marcos unitarios en los que poder luchar, no sólo por la derogación de la LOMCE, sino por una nueva ley que organice el servicio público de la educación que el pueblo trabajador necesita; por la eliminación de los conciertos educativos (¡ni un € para la privada!); la reducción de ratios y horas lectivas de las/os enseñantes; el aumento de profesorado y renovación pedagógica de éste; la estabilidad e igualdad de derechos y condiciones para el profesorado interino; etc. Nuestra reflexión incide en la idea de la necesidad de la unidad para alcanzar el éxito. Las experiencias de lucha pasada demuestran que cuanta más unidad y combatividad existe, mejores condiciones para vencer tenemos.
Como CUO nacimos con el claro objetivo de ser una organización para que la clase obrera luche unida. No creemos que el sectarismo y las estériles disputas sindicales aporten a la lucha. Por supuesto, entendemos que hay que denunciar las traiciones sindicales y el pacto social, pero conseguir que el próximo 9 de marzo la movilización sea unitaria y con un claro contenido de clase, abriría los ojos a muchos/as, empezaríamos realmente a revertir la situación y animaríamos a muchos/as a unirse.